miércoles, 28 de septiembre de 2016

Nos vamos a Gambia...¿qué llevamos?

Siempre que viajamos, por muy a la aventura que vayamos, debemos tener ciertas cosas preparadas.
Aquí un breve resumen de lo que hemos pensado en llevar para nuestro viaje a Gambia:

1) Documentación: en el momento actual los ciudadanos españoles no requieren visado para entrar al país por motivos turísticos durante menos de 28 días. Es suficiente con un pasaporte con validez superior a 6 meses.

2) Vacunas: debemos tener el calendario de vacunas habituales correctamente realizado (esto es lo normal en toda la gente joven). Revisar si hemos recibido también la de la hepatitis A.

La vacuna de fiebre amarilla es obligatoria (si se procede de un país endémico). No sé si somos endémicos o no, pero me dijeron en el Centro de Vacunación Internacional que era OBLIGATORIA y que podían solicitarnos un certificado de vacunación en cualquier momento de nuestra estancia en Gambia.

Fiebre tifoidea: existe la opción parenteral, que debe administrarse al menos 14 días antes del viaje; y la opción oral (Vivotif), cuyo inicio de protección es algo más rápido (en torno a los 7 días). De esta última debemos tomar 3 cápsulas, separadas 48 horas entre ellas.
Caja de la vacuna oral contra la fiebre tifoidea.
Estas tres pequeñitas cápsulas son suficientes para protegernos de la fiebre tifoidea (y nos evitarán numerosas visitas al baño por esta causa...)
Papel que me entregaron en el centro de vacunación sobre cómo tomar la vacuna. Según mis fuentes el inicio de la protección es a los 7 días, según este documento son 15. Ante la duda tomarlas con tiempo ;)
En el centro de vacunación también me administraron la vacuna contra la meningitis.
Es imprescindible acudir a un centro de vacunación internacional (como mínimo 2 meses antes del viaje), puesto que además de administrarnos las vacunas pertinentes, pueden indicarnos si hay que tomar precauciones especiales ante situaciones epidemiológicas concretas.
Nos deben entregar un certificado de vacunación con nuestro nombre y DNI, sellado y con las dosis de vacunas administradas.
Certificado de vacunación que nos entregarán y que nos pueden solicitar durante nuestra estancia en Gambia.
Además, debemos realizar profilaxis contra la malaria, con el archiconocido Malarone (una pastilla al día desde el día de antes del viaje hasta 7 días después).
Malarone, nuestro fiel compañero de viajes exóticos. Cuántas aventuras juntos.
3) Botiquín: nunca debe faltar un pequeño botiquín que nos puede sacar de numerosos apuros. Aconsejado:
-    Medicación habitual personal.
-    Antipalúdico: Malarone.
-    Antidiarreicos*: loperamida, tiorfan.
-    Analgésicos: paracetamol, ibuprofeno…
-    Protector de estómago, antiácidos (Almax o similares…)
-    Antibióticos: ciprofloxacino, amoxicilina-clavulánico…
-    Vendas, tiritas, esparadrapo.
-    Sueroral.
-    Protector solar.
-    Repelentes de insectos (que lleven DEET): Relec, Goibi…
-    Desinfectantes de agua.
-    Insecticidas para la ropa: permetrina al 0,5% para pulverizar la ropa.
-    Antihistamínicos.
-    Protector labial.
* Recordar que, ante un episodio de diarreas, en primer lugar debemos hacer dieta y procurar rehidratarnos con agua + sueroral.

Como en muchos países, existe una lista de medicamentos cuya entrada está prohibida en Gambia. Informarse minuciosamente puesto que ha habido casos de problemas en la frontera (he leído algún caso de "malentendidos" y “sobornos” por el conocido Urbason, que va presentado en polvo blanco para disolver…).
Además, debemos de tomar las precauciones habituales, como por ejemplo beber siempre agua embotellada y evitar algunos alimentos crudos.
4) Ropa y material:
-    Mochila grande de 55 litros.
-    Mochila pequeña de 25 litros.
-    Ropa interior + calcetines.
-    Camisetas manga corta.
-    Pantalones (cortos y/o largos): una buena opción son los pantalones “transformables” por medio de una cremallera.
-    Zapatillas cómodas (de trekking o similares).
-    Chanclas, bañador y toalla.
-    Gorra/sombrero.
-    Monedero oculto: tipo cinturón, puede ser práctico (y seguro).
-    Neceser (con lo básico).
-    Gafas de sol.
-    Móvil y cargador.
-    Cámara de fotos, con dos baterías y cargador.
-    Linterna o frontal, con pilas de repuesto.
-    Chaqueta (a ser posible, impermeable).
-    Prismáticos: ¡imprescindible para observar aves en Gambia!
-    Libreta y bolígrafo para hacer un pequeño diario.
-    Guía de viaje.
-    Adaptador para enchufes: en Gambia utilizan enchufes de tipo G, por lo que precisaremos adaptador.
-    Bolsa para ropa sucia.
-    Tapones para los oídos.
-    Libro: para los trayectos en avión y algún rato libre que podamos tener…

5) Otros:
-    Billetes de avión.
-    Dinero: debemos llevar dinero en efectivo (cajeros poco abundantes), bien sean euros o dólares. La moneda local es el dalasi y los precios, en general, son baratos.
-    Copia de la reserva de alojamientos.
-    Seguro médico.
Ahí lo llevamos todo. Ahora toca meterlo en las mochilas...
Quizá, cuando regresemos, habremos echado en falta algo o habremos llevado algo sin realmente necesitarlo. Estad atentos a las próximas entradas.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Próximo destino...¡Gambia!

¿Por qué Gambia?
Sin duda, Gambia es un destino exótico. Podemos comprobarlo pidiendo a algún amigo que lo señale en un mapa. Como mínimo dudará. Por no preguntar si conocéis a alguien que haya estado por allí…Difícil, seguro.
Entonces, con la cantidad de lugares y países que visitar… ¿qué se nos ha perdido en Gambia?¿Por qué elegir este pequeño país?
Como en muchas ocasiones, no existe una sola razón para elegir un destino. Quizá sea el hecho de no haber visitado nunca África. Quizá porque hay vuelos baratos y directos desde Barcelona a Banjul. Quizá porque eran necesarios unos días de vacaciones. Quizá sea por sus playas, selva y aves. Posiblemente porque uno de nosotros ya lo ha visitado, y lo recomienda al 100%. Probablemente por su gente, con fama de simpática, amable y acogedora. Y porque sí, porque vivimos para viajar y viajamos para vivir.
Seguro que, cuando regresemos, traemos la mochila llena de muchas más razones por las que visitarlo.

Un poco sobre Gambia
Gambia ocupa una estrecha franja de terreno alrededor del río del mismo nombre; y está rodeado en su totalidad por Senegal. Cosas de la historia colonial de los ingleses y franceses…
Independiente del Reino Unido desde 1965, cuenta en la actualidad con una población de aproximadamente 1700000 habitantes, de varias etnias distintas.
A pesar de ser el país más pequeño del continente africano, derrocha naturaleza, playas y cultura; además de disponer de una infraestructura turística bastante desarrollada.

Situación de Gambia en el mapamundi.
Mapa de Gambia.
Con respecto al clima existe la temporada seca (noviembre a mayo) y la estación lluviosa (junio a octubre). Septiembre es el mes en el que más llueve. Las temperaturas son altas, hasta 40ºC en la estación lluviosa.
La comida está basada en el arroz con carne, verduras o pescado. Destacan también las numerosas frutas tropicales.
No hay problema para comunicarse en inglés con los locales, si bien hay un buen número de ellos que saben hablar español (algunos han vivido en España durante varios años).
Actualmente Gambia es una República Presidencialista, cuyo presidente (Yahya Jammed) ostenta el cargo desde hace más de 20 años tras un golpe de Estado. Recientemente declaró a Gambia república islámica, presuntamente  para atraer inversiones de Oriente Medio. Sin embargo, prometió respetar la libertad de culto.
Con respecto a los derechos humanos, la homosexualidad está penada (incluso con cadena perpetua), la libertad de prensa está restringida e incluso se ha llegado a perseguir a individuos acusados de brujería. El consumo y tráfico de drogas está duramente penado. Sin embargo, desde noviembre de 2015, la mutilación genital femenina está prohibida.
Los “bumsters” (buscavidas): se suele tratar de jóvenes desempleados, vestidos con llamativa ropa (habitualmente estética “rasta”) que se acercan a los turistas amablemente para ofrecer ayuda, invitar a conocer la “Gambia real”, hacer excursiones o incluso ofrecimientos de índole sexual…si bien su objetivo es enredar al turista para conseguir algo de dinero de forma fácil. Se recomienda no aceptar regalos, decir que no es la primera vez que se viaja a Gambia y declinar cualquier tipo de invitación con firmeza (diciendo, en caso de que la cosa se complique, que se va a avisar a la policía). A pesar de todo, los bumsters no son peligrosos en el sentido de que no se suelen poner violentos ni intentan robar dinero.
En general, Gambia es un país bastante seguro. Basta con tomar medidas de sentido común como habitualmente (no visitar determinadas zonas conflictivas, no ir solo por la noche, evitar zonas aisladas, tener cuidado con pequeñas estafas…)
Animada playa en Tanji.
¿Qué plan tenemos pensado para nuestro viaje?
Disponemos de una semana (de sábado a sábado) en Gambia. Nuestra idea es:
-    Desde el aeropuerto dirigirnos a la zona de Kartong, y dormir allí las 3 primeras noches. Playa, relax y excursiones a poblados cercanos (Tanji y alguno más).
-    Ruta de 2 noches/3 días (con guía): Kalaji, Tendaba, Georgetown, las piedras de Wassu…
-    Últimas 2 noches en la zona de Senegambia, más turística.

En la próxima entrada, los preparativos del viaje.

Más info:
https://es.wikipedia.org/wiki/Gambia
http://www.lonelyplanet.es/destino-africa-gambia-28.html
http://www.naturalezayviajes.com/2009/02/gambia-la-sonrisa-de-africa.html
https://www.formacionsostenible.org/la-picaresca-contra-el-turista-el-fenomeno-de-los-bumsters-buscavidas/
http://www.accessgambia.com/information/bumsters.html


In Gambia...¡No problem!

jueves, 22 de septiembre de 2016

Mesa de los Tres Reyes (2444 metros), desde el Refugio de Linza

FECHA: 8 de septiembre de 2016
ITINERARIO: Refugio de Linza – Collado de Linza – Foya d’a Solana – Mesa de los Tres Reyes – Foya d’a Solana – Collado de Linza – Refugio de Linza.
ALTITUD MÍNIMA Y MÁXIMA: 1320 metros (Refugio de Linza); 2444 metros (Cima Mesa de los Tres Reyes).
DESNIVEL ACUMULADO: 1360 metros de desnivel positivo.
DISTANCIA: 17,31 kilómetros.
DURACIÓN:
–    1 hora y 20 minutos al Collado de Linza.
–    1 hora y 40 minutos al poste indicador de caminos en la Foya d’a Solana.
–    1 hora y 55 minutos al inicio del karst.
–    3 horas y 30 minutos a cima (45 minutos de descanso).
–    7 horas y 30 minutos hasta el Refugio de Linza.
DIFICULTAD:
-    Extremar precaución en la zona del karst, donde hay profundas simas y grietas en las rocas.
-    Justo antes de llegar a cima hay dos pequeños pasos que requieren ayuda de las manos, muy fáciles y sin patio. No suponen problema alguno.
CLIMATOLOGÍA:
-    Nubes bajas al inicio que se transforman en niebla espesa al ir ascendiendo.
-    En el camino de vuelta el día se despeja poco a poco y al final sale algo el sol.
ATENCIÓN:
-    Zona con frecuentes nieblas. Mapa, brújula y GPS muy recomendables.
-    Una vez llegamos al último tramo de ascenso, vemos que el camino se bifurca (ver foto). Se puede ascender tanto por la izquierda (más complicado, superar una chimenea fácil) o por la derecha, camino elegido por nosotros y sin dificultades relevantes.
-    La zona del karst, con nieve, puede ser peligrosa.

La bucólica Cabaña del Sobrante, sobre fondo boscoso.
La Mesa de los Tres Reyes (“Mesa d’os tres reis” en aragonés, “Hiru erregeen mahaia” en euskera) es una cumbre mítica, denominada así por estar situada en el punto de confluencia entre el Reino de Aragón, Reino de Navarra y Vizcondado de Bearn. Según cuenta la leyenda, en ella se reunían los reyes de cada uno de los territorios para discutir asuntos importantes.
Sea cierta o no esta historia, la realidad es que en el momento actual la muga entre Aragón, Navarra y Francia se sitúa en otra pequeña cima algo más oriental, la Table des Trois Rois (2421 metros); puesto que en la cumbre principal únicamente hacen frontera Aragón y Navarra.
Se trata de una cima muy frecuentada, sobre todo por montañeros vascos y navarros, puesto que alcanza la mayor altitud de Navarra (2444 metros).

Aprovechando un festivo local, decidimos conocer este precioso valle con un compañero de trabajo. Suponemos que, al estar fuera de temporada alta y ser un día entre semana (jueves), no se tratará de un lugar tan frecuentado como en los fines de semana de verano.
Salimos en coche a las 6 de la mañana desde Huesca en dirección a Jaca, la cual atravesamos, continuando la ruta hasta Puente la Reina. Allí vemos un desvío hacia Echo y Ansó, que debemos coger. Una vez en Echo, nos desviamos a la izquierda, por una bella carretera de montaña hasta la localidad de Ansó. Desde allí, una pista asfaltada de unos 15 kilómetros nos permite llegar, en un primer momento, al aparcamiento de Zuriza y, posteriormente, al Refugio de Linza.
Aparcamos el coche y entramos al refugio a tomar un café para despejarnos.
El día ha amanecido nublado, vemos a nuestro alrededor las montañas tapadas por densas nubes. Perspectivas poco halagüeñas aunque creemos (o, mejor dicho, deseamos) que posiblemente más tarde se despeje el día. Según las previsiones meteorológicas, únicamente puede haber alguna tormenta aislada, por la tarde. Sin embargo, eso no nos desanima, puesto que el simple hecho de caminar por el monte ya nos supone una buena desconexión del quehacer diario.
El camino comienza unos metros al noreste del refugio, atravesando unas vallas de madera. Es curioso que, a pesar de ser una ruta tan frecuentada, no exista un cartel indicador del inicio de la ruta.
Inicio del camino, por senda evidente.
Empezamos por un terreno herboso que asciende con moderada pendiente, en dirección noroeste, dejando a nuestra derecha las aguas del Barranco de Petrechema.
La senda es ancha y evidente, subimos los primeros minutos a un buen ritmo. El terreno, habitualmente de un verde intenso, parece algo apagado debido a la larga época de sequía este verano. A pesar de ello, el entorno es bonito.
Amplia senda. A nuestra derecha, el Barranco de Petrechema.
La pendiente suaviza un poco en un momento en que la senda cambia de rumbo hacia el norte, en las proximidades de la Fuente del Cubilar de Petrachema, donde sorprendemos a un gigantesco rebaño de ovejas que pastan tranquilamente.
Como ovejas por su casa.
El camino vuelve a tomar dirección este mientras gana de nuevo pendiente, dejando a nuestra derecha la Cabaña de Linza. A nuestra derecha se halla la piramidal cima de La Paquiza Linzola (2108 m), todavía respetada por las nubes. La señalamos como posible objetivo para otro día, dada su esbelta figura.
La piramidal silueta de La Paquiza Linzola.
Tras 1 hora y 20 minutos de camino llegamos al Collado de Linza. En este punto, hacia la derecha parte la senda al Petrechema. Nosotros, no obstante, nos dirigimos hacia la izquierda (norte/noroeste), en suave descenso hacia la Foya d’A Solana.
Un poco más tarde (a 1 hora y 40 minutos del inicio) nos encontraremos con un gran cartel señalizador de los desvíos a Lescún y Belagua, así como la dirección en que se encuentra la Mesa de los Tres Reyes.
Llegando al Collado de Linza.
Evidente cartel indicador, en el punto de confluencia de numerosos senderos.
Hacemos caso a la indicación, comenzando seguidamente un nuevo ascenso hacia una enorme zona kárstica, de rocas color gris claro. En este punto la niebla ya es espesa, por lo que hay que extremar la precaución: un descuido nos puede llevar a meter la pierna en una de las abundantes grietas o a caer en alguna de las profundas simas.
Por lo visto, la niebla es frecuente en esta zona, de ahí que los mojones de roca indicadores del camino sean frecuentes. Es fácil seguirlos, pero no está de más tener a mano un buen GPS, por si acaso.
La niebla otorga a esta zona un aspecto fantasmagórico, como de otro mundo. Estamos rodeados de una amplia zona rocas, salpicada de algunos árboles que parecen querer apartarse a nuestro paso. Y silencio, un silencio absoluto que lo envuelve todo.
Durante unos 15-20 minutos cruzamos el karst, a ritmo tranquilo para evitar sustos. Abordamos un breve tramo de descenso hasta llegar a un pequeño valle situado a los pies de los Picos de Budoguía.
La niebla lo rodea todo en la zona del karst.
Siluetas misteriosas, ambiente místico.

Árbol muerto con una forma característica.

Extremar la precaución por la presencia de grietas y simas.
En este momento la ruta tuerce de nuevo hacia el este, otra vez por terreno herboso, cómodo.
Con buen ritmo seguimos ascendiendo, aunque continuamente dudando de si debemos continuar, ya que la niebla es cada vez más y más espesa. El hecho de que la senda esté bien señalizada y que tenemos un GPS nos tranquiliza bastante y nos anima a seguir.
A pesar de la niebla, la senda está bien señalizada en todo momento. Continuamos ganando altitud.
A las 3 horas (aproximadamente) de ruta notamos que la capa de niebla va menguando, y que unos débiles rayos de sol empiezan a acariciar nuestra piel. Quizá, con suerte, pocos metros más arriba podamos disfrutar de un día soleado.
La senda gana desnivel por un terreno algo rocoso, hasta que llegamos a una especie de collado a unos 2350 metros de altitud. Son escasos los metros que nos separan de la cima, justo delante de nosotros.
Sin embargo, la pirámide somital de la Mesa de los Tres Reyes se muestra inexpugnable por su cara oeste. Desde este punto vemos dos opciones. Una de ellas parte hacia la izquierda (norte), y la otra rodea la cima por su cara sur. (Ver foto).
Nosotros nos decantamos por esta segunda opción, puesto que el camino parece más marcado y bien señalizado.
Aunque desde lejos parece que se puede tratar de un tramo aéreo, realmente es una senda ancha y sin exposición. Únicamente requiere superar un par de pasos con ayuda de las manos, pero sin entrañar dificultad alguna, apto para (casi) todos los públicos.
En este punto podemos tomar cualquiera de las dos opciones. La de la derecha (rodea la cara sur del pico), fácil.

En algún momento nos ayudamos de las manos; sin dificultad ni exposición.
Esta senda nos deposita en el collado que separa la Mesa de los Tres Reyes (pico principal) de la Tabla (2421 metros), donde realmente se juntan Aragón, Navarra y Francia.
Desde el collado únicamente nos queda recorrer los últimos metros por una cresta ancha que carece de dificultades.
Últimos metros a cima.
Por fin, tras 3 horas y media de camino, llegamos a la cima, a 2444 metros de altitud.
Allí nos recibe una estatua de San Francisco Javier, patrón de Navarra; así como una pequeña réplica del Castillo de Javier.
Las vistas, sin embargo, nulas. La niebla lo invade todo, sin permitirnos ver más allá de unas decenas de metros. Una lástima, puesto que el paisaje, suponemos, debe de ser hermoso.
En la cumbre pasamos aproximadamente 45 minutos, comiendo y bebiendo algo. A pesar de las nubes, la temperatura es bastante agradable, lo que invita a descansar tranquilamente.
Compartimos cima con unos simpáticos montañeros de Huesca, quienes nos toman las obligatorias fotos de cima. Conversamos animadamente durante un rato, y nos indican que el camino que ellos han utilizado para superar los últimos metros (el que rodea la cima por el norte) es bastante complicado, ya que supera un chimenea algo vertical. Así pues, nuestra opción (rodear la cima por el sur) parece bastante más sencilla.
Cima. Réplica del Castillo de Javier y estatua de San Francisco Javier.
Reemprendemos la marcha, de vuelta, por el mismo camino.
A pesar de no poder disfrutar de las vistas, disfrutamos de una jornada de naturaleza y aire libre, conversando sobre mil temas distintos y desconectando de la rutina.
El regreso no entraña dificultad ni complicación alguna, a excepción de que debemos prestar atención a las marcas del camino para no perdernos en la niebla.
En este enorme mojón abandonamos el pequeño valle para ascender a la zona kárstica (está bien señalizado).

Amplia zona de rocas grises, que contrasta con el terreno herboso del fondo.
Cuando llegamos al Collado de Linza el día parece despejar, permitiéndonos ampliar las vistas de la zona baja del valle.
Aprovechamos, pues, para tomar algunas bonitas fotografías: las nubes que juegan con la cima del Petrechema, el frondoso bosque del Barranco de Petrechema, la pequeña Cabaña de Sobrante…todos ellos con un encanto especial. 
El día parece que quiere despejar.

Cima de La Paquiza Linzola.

Algunas nubes se aferran a las montañas. Bellísimo paisaje.

Nubes jugando con la cima de las montañas.

Paseo en familia.

Cabaña de Linza, que dejamos a nuestra derecha al ascender.
Tras 7 horas y media de camino llegamos de nuevo al Refugio de Linza, donde hemos aparcado nuestro coche.
Ruta realizada.

Perfil de la ruta.
Escala MIDE de dificultad.
En conclusión, una agradable jornada de monte, en un entorno que no conocíamos pero que nos ha dejado muy buen sabor de boca. Tendremos que regresar de nuevo para conocerlo en su máximo esplendor.
¿Este otoño?
Quizá…

lunes, 19 de septiembre de 2016

Un fin de semana en la Costa Brava más tranquila


Barcos pesqueros en Cadaqués.
Viernes noche:
•    Llegada a Llançà.
Sábado:
•    Visita a Cadaqués.
•    Playa en Portlligat.
•    Atardecer en el Cap de Creus.
•    Regreso a Llançà.
Domingo:
•    Paseo por la playa de Llançà.
•    Baño en Cala Bramant.
•    Paseo por El Port de la Selva.

En ocasiones, los lugares más frecuentados en temporada alta nos pueden deparar un fin de semana tranquilo y relajado en temporada media/baja.
Por todos es conocido que la Costa Brava es uno de los destinos más concurridos de la costa mediterránea. Sin embargo, visitarla a primeros de septiembre, siempre y cuando nos alejemos de las grandes sedes para el turismo internacional, puede ser una excelente opción para conocer algunas de sus magníficas calas y bellos pueblos marineros, sin las apreturas y el agobio del mes de agosto.
Así, el primer fin de semana de septiembre, nos dirigimos a la parte más al norte de la Costa Brava.
Hemos alquilado un apartamento en la tranquila localidad de Llançá, a la que llegamos tras conducir dos horas desde Barcelona. Recomendado llegar en coche para moverse con facilidad entre los diversos pueblos y calas.
En el extremo noreste de la Península Ibérica tenemos nuestro destino: la localidad de Llançà.
La primera noche es tranquila, cenando en casa y saliendo a pasear por el pueblo para tomar alguna que otra cerveza.
El sábado por la mañana nos levantamos con calma, que para algo hemos venido de “finde de relax”.
Desayunamos abundantemente y tomamos el coche por la carretera GI-612 en dirección sudeste hasta El  Port de la Selva y, desde allí, por la sinuosa GI-613 hasta Cadaqués.
Ruta realizada el primer día. A) Llançà  B) Cadaqués C) Portlligat y D) Cap de Creus.
Cadaqués es el pueblo más oriental de la península ibérica. Muy conocido y turístico, su población de casi 3000 habitantes se multiplica notablemente en verano, por lo que aparcar suele ser complicado.
Para ello, a la entrada hay un parking que, aunque caro, nos facilita la labor. Nosotros dejamos allí el coche y salimos a pasear por las estrechas calles del pueblo.
Caminamos entre casas de paredes blancas con puertas y ventanas azules, sin apenas gente. Resulta fácil imaginar a Dalí paseando por aquí, buscando inspiración para sus obras o simplemente disfrutando del paisaje. Podemos encontrar, junto a la playa principal, una estatua del pintor.
Nos acercamos a una de las pequeñas calas de piedra pequeña, con gente aunque sin resultar agobiante. Disfrutamos de un agradable baño, puesto que el sol hoy calienta con fuerza.
Casas blancas de puertas y ventanas azules.

Flores que aportan tonalidades diferentes.

Barcos en las proximidades de Cadaqués.

Desde las inmediaciones de la iglesia (en lo alto), vista hacia el paseo marítimo.

Tranquilidad en Cadaqués

Pequeña playa donde nos bañamos, en pleno centro de la localidad.

Rincones de Cadaqués.
Tras el baño nos acercamos al pequeño restaurante “El gato azul”, situado en uno de los rincones más pintorescos de Cadaqués. Nos tocó una mesa que asomaba hacia la calle, preciosa. La comida, aunque no muy abundante, realmente buena.
Restaurante "El gato azul". Bonita mesa, mitad dentro, mitad fuera.
Al acabar de comer cogemos el coche, durante unos 4-5 kilómetros, para acercarnos a Portlligat, pequeño pueblo donde realmente vivió Salvador Dalí, y donde podemos visitar la Casa-Museo.
Nosotros, sin embargo, preferimos tumbarnos a pasar la tarde en una pequeña y solitaria cala, algo más al este que la cala principal de Portlligat.
Playa en Portlligat. Al fondo la Casa-museo Salvador Dalí, donde vivió el pintor.
Nos acercamos más tarde al Faro del Cap de Creus, donde se puede disfrutar de una puesta de sol espectacular. Recomendable llegar bastante antes del atardecer puesto que, incluso fuera de la temporada alta, cuesta un poco encontrar aparcamiento.
Regresamos a Llançà para cenar y luego tomar alguna copa en un bar del pueblo.
Recónditas calas en la zona del Cap de Creus.

Faro del Cap de Creus.

Bello atardecer.

Tonos amarillos, anaranjados y ocres.
Al día siguiente, domingo, nos levantamos tarde y recogemos el apartamento. Hoy nos espera, de nuevo, un plan tranquilo.
Ruta del segundo día. A) Llançà B) Playa de Llançà C) Cala Bramant y D) El Port de la Selva.
En primer lugar nos acercamos a la playa de Llançà que, a pesar de no estar nada mal, no es lo que estamos buscando.
Por ello, nos dirigimos al Cap Ras. Se trata de una pequeña península situada al norte de Llançà, escasamente urbanizada y con un buen número de pequeñas calas donde encontrar la ansiada tranquilidad. Merece la pena, si se dispone de tiempo, recorrer a pie los numerosos senderos que separan unas de otras.
Bonitos senderos, paralelos a la playa, en el Cap Ras.
 Nosotros, que solo tenemos un rato por la mañana, nos decantamos por la, probablemente, más pintoresca de todas las calas del Cap Ras. Se trata de la Cala Bramant, una pequeña playa de arena gruesa, rodeada de una alta pared de roca y con una única (y estrecha) salida al mar. Los lugareños también la conocen como Cala dels Enamorats, por su aspecto romántico y bucólico. En temporada alta, probablemente, sea difícil encontrar sitio para poner la toalla.
Aconsejable visitarla con unas buenas gafas de bucear, puesto que sus aguas transparentes y tranquilas invitan a la realización de snorkel.

Estrecha salida al mar en la Cala Bramant.

Dado su pequeño tamaño, complicado obtener un buen sitio.

Cala Bramant, peculiar y coqueta donde las haya.
Tras el baño nos dirigimos, para comer algo, a El Port de la Selva, localidad de importante tradición pesquera. Si nos sobra tiempo, podemos acercarnos al Monasterio de Sant Pere de Roda, de gran interés cultural.
Vista de El Port de la Selva.
Después de comer debemos emprender el siempre duro camino de regreso a casa, aunque contentos por haber disfrutado de un fin de semana tranquilo en un lugar, hasta la fecha, desconocido para nosotros.