jueves, 2 de febrero de 2017

Viaje a Vietnam. Crucero por la bahía de Halong

¿Lo véis? ¡Sí!¡Estamos en la bahía de Halong, y mola mucho!


PEQUEÑA INTRODUCCIÓN
Cuando uno oye hablar de Vietnam, lo primero que suele pensar es en la Bahía de Halong. Conocida en todo el mundo por el paisaje fabuloso que forman sus casi 2000 esbeltas islas, esta zona de costa del norte de Vietnam fue declarada Patrimonio de la Humanidad según la Unesco en 1994 y, más recientemente (2011), fue elegida como una de las 7 maravillas del mundo.
La leyenda señala que la bahía fue creada por un dragón que escupía joyas y jade, los cuales se convirtieron posteriormente en roca. Sin embargo, la realidad es que el proceso geológico que formó la bahía de Halong se remonta a hace unos 500 millones de años, en los que la zona estuvo sumergida bajo el mar y posteriormente emergió, erosionándose por la lluvia y el agua del mar.
En la actualidad esta bahía, situada al noreste de Vietnam, constituye uno de los mayores atractivos del país. Por dicho motivo han proliferado notablemente los cruceros turísticos, restando cierto encanto al lugar dada su masificación. No obstante, vale la pena acercarse a este lugar mágico para disfrutar de las islas que salpican sus aguas turquesas.
La bahía de Halong es uno de los emblemas de Vietnam.
Para nosotros era una parada obligatoria dentro de nuestro viaje a Vietnam; de hecho, el crucero por Halong fue lo primero que reservamos. Creemos fundamental informarse bien por internet, puesto que existen decenas de compañías que operan en la zona, y no todas ellas ofrecen la misma relación calidad/precio. Algunos barcos ya viejos pueden ser poco confortables, mientras que los más lujosos suponen gastos desorbitados. Investigando un poco en la red, o hablando con alguien que haya estado recientemente, seguro que encontraremos algo que se adapte a nuestra idea y bolsillo. Con respecto a la duración del crucero, pensamos que con 2 noches/1 día es suficiente; intenso (pocos ratos para descansar), pero suficiente. Una noche más creemos que puede hacerse demasiado aburrida, pero es que nosotros viajando somos hiperactivos…
Finalmente optamos por reservar con Garden Bay Cruises, y repetiríamos. Elegimos  el barco “Garden Bay”, la habitación “deluxe” (que, realmente, es la estándar). Todo incluido, excepto bebida, por 306$. Además del camarote y la comida, todos los cruceros ofrecen actividades similares (paseo en barca o en kayak, cursos de cocina, paseo por alguna de las islas…).
Os presentamos a nuestro barco. Pequeñito (íbamos unos 15 pasajeros), acogedor e impecable.
 NUESTRA EXPERIENCIA
Comenzamos el día muy temprano, a las 04:45, justo cuando el tren que nos trae desde Lao Cai llega a las afueras de Hanoi. Todavía de noche, son numerosos los taxis que esperan a los viajeros a la salida de la estación. El primero nos pide 150000 dongs (6€) por llevarnos al hotel. ¿150000? ¿Estamos locos? Le soltamos un pequeño bufido y nos vamos a por otro taxista, puesto que este primero es un timador profesional. A la ida nos costó 30000 dongs, así que esta vez no puede ser mucho más. Finalmente pagamos 50000 (2€), aunque compartimos el pago con nuestros amigos japoneses del tren, que vienen al mismo hotel que nosotros.
Llegamos al hotel, donde nos han guardado las mochilas grandes durante estos días. Allí nos ofrecen té y plátanos gratis, y nos permiten darnos una merecida ducha. Muy buen trato en el Hanoi 3B homestay.
A las 07:00, tal y como habíamos quedado vía internet, viene a recogernos Nam, el guía de la compañía Garden Bay Cruises. El crucero de 2 días/1noche, con el transporte incluido desde Hanoi a Halong, nos cuesta 306$ en total. Nos lo habían recomendado amigos que habían estado allí previamente y la verdad es que, aunque cuesta un pico, vale la pena ir en un barco más que decente.
Junto con Nam, nuestro guía, salimos en autobús a recoger a más viajeros por varios hoteles de Hanoi. Así pues, compartiremos estos dos días con una gran familia malaya, unos alemanes y un chico gallego, con el que entablamos amistad (¿qué tal, Roberto?).
El trayecto hasta Halong son unos 170 km, que recorreremos en unas 3 horas y media. A mitad de camino hacemos una parada para ir al baño. Casualmente (o no), la parada es una gran nave en la que se realizan todo tipo de artesanías que se venden a los turistas a un precio bastante elevado. Casualmente. O no. Dejémoslo ahí.
Durante la ruta, Nam nos explica brevemente la turbulenta historia de Vietnam, lo cual ameniza el pesado trayecto.
Llegamos al puerto de Halong sobre las 12:00 y, tras esperar unos minutos, por fin subimos a  una pequeña barca que nos acerca al crucero Garden Bay. Allí nos reciben, amablemente, con un pequeño cóctel de bienvenida.
Recién llegados al barco, nos reciben con un sabroso cóctel.
Dejamos las mochilas en el camarote, amplio y muy limpio, y subimos de nuevo a la sala principal, donde nos ofrecen la comida. Sopa de calabaza (¡deliciosa!), ensalada y productos del mar son un menú más que apetecible.
Finalizada la comida subimos a la cubierta superior. Mientras comíamos nos hemos ido desplazando por la bahía y ahora ya estamos alejados de la costa. El día soleado nos concede unas amplias vistas. A nuestro alrededor, en todas direcciones, las características islas de la bahía de Halong. Tomamos una foto tras otra, llegando incluso a agotar la batería de la cámara. 
Estas estupendas vistas nos reciben nada más subir a la cubierta del barco.

Paisajes de ensueño.

¿A que resulta fácil imaginarse viajando en un barco de estos?

El barco navega sorteando las pequeñas y esbeltas islas.
A las 15:00 tenemos la posibilidad de elegir entre 2 actividades programadas: navegar en una pequeña barca de bambú o en kayak. Los más jóvenes nos decantamos por la última opción.
Partimos de una pequeña playa y realizamos algo más de una hora de recorrido, disfrutando de las vistas y descubriendo algunos rincones escondidos.
Al finalizar la ruta regresamos a la misma playa, donde descansamos un rato (hacer kayak cansa ¿eh?) mientras vemos atardecer. Mágico, sin duda.
Preparados para salir a navegar en kayak.

Venga, Pedro, rema que yo quiero disfrutar de las vistas ;)

Atardecer mágico.
De regreso al barco nos damos una ducha y, en la sala principal, asistimos a una clase de cocina. Sin mucho misterio, la verdad, aunque podemos ver cómo se preparan los deliciosos rollitos vietnamitas. ¡Y lo mejor de todo es que, una vez cocinados, nos los comemos y podemos repetir!
Tras la cena hacemos un poco de sobremesa junto al chico gallego, Roberto, jugando al parchís. Nos ofrecen la posibilidad de intentar pescar algún pulpo, aunque nos advierten de que no es la mejor época, por lo que declinamos la oferta. Preferimos irnos a dormir, que ha sido un día largo.
Mira qué majo me ha quedado el rollito.
Pedro: - Ya está.          Nam: - El peor rollito que he visto en mis 15 años en este crucero.
Estupendo buffet el que nos ofrecen para cenar. Los rollitos ya nos los habíamos comido antes.
Suena el despertador a las 06:00, con las primeras luces del día. Hemos madrugado para subir a la cubierta a hacer tai-chi, junto al capitán del barco. Con lo bien que estábamos en la cama y pasar fresco haciendo estas cosas…uffff…
Hace fresquito por la mañana, nos vendrá bien para despejarnos.
Desayunamos (muy bien) y tomamos la pequeña barca para acercarnos a una isla en la que podemos visitar una cueva. Parece increíble que una islita tan pequeña contenga en su interior una cueva semejante. Nos sorprende, sin duda.
Posando junto a Roberto, Nam y una tripulante del barco.

No hubiéramos ni siquiera sospechado que dentro de una de las islas hubiera una cueva tan grande.

En lo alto de la isla.
Paisaje majestuoso.
Al regresar al barco preparamos nuestras mochilas y después subimos a la cubierta superior, donde disponemos de más de una hora para relajarnos con las vistas. Como el día anterior, nuestra cámara echa humo.
Unas cuantas de las aproximadamente 2000 islas de la bahía.

Entre las decenas de barcos turísticos podemos encontrar algún pequeño pesquero.

¿Se puede ser más feliz?

Espectacular, sin duda.
En torno a las 11 u 11:30 nos ofrecen la comida, mientras llegamos al ajetreado puerto de Halong. Antes de bajar del barco y cruzarnos con los cientos de turistas que se encuentran allí, estamos un rato hablando con el guía, Nam, quien nos indica la manera de desplazarnos a Ninh Binh. Pero eso lo contaremos en el siguiente artículo del blog
Conversando con Nam, a ver si nos explica cómo llegar a Ninh Binh.

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